Los cinco elementos están presentes en toda la cultura y las ciencias chinas. Después de dar a conocer los conceptos de Yin y Yang, y siempre en base a la observación, los chinos pudieron verificar que todo lo existente sobre la tierra, se podía asociar a cinco modelos de energía.
Para tener un mayor grado de aproximación, lo correcto es hablar de un solo tipo de energía que se desarrolla en cinco modos diferentes. Dado que hablar de cinco tipos de energía era algo abstracto, lo que hicieron fue, asociarlas a cinco tipos de materiales que ejemplificaban fielmente las características de esos modelos.
Así aparecen los 5 Elementos sobre los que se apoyan el Feng Shui, Medicina Tradicional China, Horóscopo Chino, etc. Estos elementos son: Agua, Madera, Fuego, Tierra y Metal.
Ellos deben de ser entendidos, no sólo como simples elementos de la naturaleza, sino como ciclos enteros donde ciertas características predominan y controlan un nuevo ciclo.
Decir todo, significa que, para los chinos absolutamente todo se relaciona con los Cinco Elementos. Así encontramos que nuestros órganos principales del cuerpo se corresponden con un elemento: Fuego en el corazón e intestino delgado, Tierra en bazo y estómago, Metal en pulmones e intestino grueso, Agua en riñones y vejiga, y Madera en hígado y vesícula biliar.
Los chinos tienen un concepto evolucionado de las comidas, sienten que la comida sana es el futuro de ellos mismos. Debería ser un ejemplo para nosotros, occidentales, poder pensar en la comida, no como la satisfacción del momento, sino como aquello que alimentará cada una de nuestras células en el día de mañana. Comer bien significa, asegurarse buena salud en nuestro futuro.
Es bueno que los platos que preparemos contengan los Cinco Elementos. Al Fuego le corresponden los sabores amargos, a la Tierra los dulces, al agua lo salado, al metal los picantes y a la madera los ácidos o agrios. Sería ideal que las comidas contuviesen los cinco elementos como también los cinco colores...
¿Colores?, si, tambíen los elementos se representan con cinco colores: rojo para el Fuego, amarillo o marrón para la Tierra, blanco para el Metal, negro para el Agua, y verde para la Madera.
¿Y como funcionan?. Según los antiguos estudios chinos, estos cinco elementos interactúan entre si de forma que unos dan vida a otros a la vez que controlan a los siguientes para que de este modo no exista un descontrol de crecimiento.
Esta secuencia generadora se da de la siguiente forma: el agua nutre las plantas y los arboles produciendo la madera; la cual a su vez es capaz por combustion de producir fuego; este fuego cuando termina de quemar la madera genera cenizas que llegan a formar parte del substrato, produciendo entonces tierra; tierra donde se encuentran los metales. Por ultimo la fundición de los metales producirá un elemento liquido, que por analogía será agua. Ya hemos cerrado el ciclo. Pero, esta claro, que si únicamente se diera este ciclo, la generación de los elementos seria continuada y sin control alguno, por lo que llegarían a romper el equilibrio. Aparece entonces una nueva interacción entre los cinco elementos. Es el ciclo de control, es el resultado de los disturbios provocados en el orden natural: el agua apaga el fuego, el fuego es capaz de licuar el metal, el metal rompe la madera, la madera se alimenta de la tierra y la tierra al ser absorbida por el agua, la ensucia cambiando su esencia.
Podríamos seguir enumerando situaciones, estaciones del año, ropa, etc., etc., y en todas encontraríamos el movimiento de energía de los 5 elementos. Es un buen ejercicio para ingresar al Feng Shui.
Si debemos tener presente las formas de nuestro alrededor y de esa manera calificarlas según los elementos, un práctico ejercicio es salir a dar un paseo por nuestro barrio a fin de observar el entorno y tratar de captar las formas de las casas y edificios para ver a que elementos pertenecen.
